lunes, 11 de junio de 2012

Historia de Sicilia (II)


El dominio árabe
En el 827, los árabes desembarcaron en Mazara del Vallo, provincia de Trapani. Erigieron la capital en Palermo y la ciudad se convirtió en centro artístico, científico y cultural.
Los árabes introdujeron en Sicilia el cultivo de los citrus, de la caña de azúcar, de los melones, del algodón, de los dátiles y del pistacho. Proyectaron y pusieron en práctica un importante sistema de irrigación.
Los musulmanes se mostraron como conquistadores tolerantes que permitieron a católicos y judíos profesar su religión.
Son muchas las localidades del interior de la isla que en su nombre contienen la palabra Kalt, que en árabe significa fortaleza: Caltanissetta, Caltagirone, Calatafimi.
Otros nombres provienen de Gebel (montaña): Gibilmanna, Gibellina, Mongibello (monte de los montes) como llamaban los árabes al volcán Etna.
Muchos apellidos derivados del árabe son comunes en Sicilia: Zappalà, Badalà, Fragalà.

La invasión normanda
El dominio árabe duró hasta el 1061, cuando los comandantes normandos Ruggero y Roberto d’Altavilla comenzaron con la conquista de la isla. En 1061 Ruggero conquistó Messina, en 1072 Palermo y en 1091, prácticamente toda la isla estaba en manos de los normandos. Ruggero es denominado Conde de Sicilia, dando a la población una sólida administración central y una rica cultura. En 1130, su hijo Ruggero II fue coronado rey de Sicilia y de Nápoles. Emprendió importantes obras edilicias; todavía hoy en Palermo, Monreal, Cefalú y Siracusa se pueden admirar las iglesias y los palacios normandos.
Los sucesores de los Ruggero no tuvieron la misma personalidad y en el 1197 Sicilia se encontró en poder de la casa de Suabia.

Los Suabia en Sicilia
El gran protagonista del Medioevo y verdadero sucesor de Ruggero II fue Federico, monarca culto, sabio y eficiente; construyó castillos, promovió las actividades culturales y estableció en Palermo su espléndida corte. También fue un buen poeta y suyos fueron los primeros intentos con la lengua italiana.
Sus varios roles, rey alemán, emperador romano y rey de Sicilia, lo llevaron a enfrentarse con el Vaticano. Cuando murió la corona pasó a su hijo ilegítimo, Manfredi, pero el papa nominó a Carlo d’Angiò, hermano del rey de Francia. Fue un rey violento que concluyó su reinado con el levantamiento de los isleños en la llamada revuelta de los Vespri sicilianos en 1282, quienes pidieron ayuda a Pedro de Aragón con el cual inician en Sicilia cuatro siglos de dominación española.

Fotografía: Wikipedia.it

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