martes, 19 de junio de 2012

El altiplano de Argimusco


El megalito con forma de águila
Misteriosos megalitos, de origen hasta ahora desconocido, se presentan en una sugestiva atmósfera en un llano entre los Montes Peloritani y los Nebrodi, en provincia de Messina.

El altiplano de Argimusco, del griego Argimoschion, altiplano de las grandes ramificaciones, surge a 1200 metros sobre el nivel del mar, cerca del pueblo medieval de Montalbano Elicona.

Caminando por el sendero que va tocando esos enormes bloques de calcáreo, se encuentran los símbolos de la fertilidad: el Menhir, masculino y femenino, entre los cuales se observa la salida del sol. Más adelante se encuentran el Mamut y el Rostro, piedra de expresivo perfil humano. Más lejos, hacia el Norte, se divisa el Águila, cuyo pico pareciera indicar la presencia de una necrópolis. En el centro del altiplano, están los dos megalitos más enigmáticos: la diosa Orante, un perfil de mujer en posición de rezo, tan perfecto que se hace difícil creer que sea solo obra de la naturaleza. Observando con atención se pueden ver las manos juntas, el largo velo, el rostro y la aureola. Alineada a la diosa, está la Gran Roca y en el espacio entre estas dos se puede ver la puesta del sol.

En el altiplano se encuentran también numerosos Mehir, testimonio de una antigua necrópolis; los Cubburi, monumentos funerarios de piedra transformados y utilizados por los pastores.
Todos estos inmóviles testimonios parecen hipotizar que este territorio, en posición estratégica, habría sido lugar sagrado en donde se desarrollaban rituales ligados al ciclo de las estrellas y de los solsticios.

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