miércoles, 23 de mayo de 2012

Las carretas o carros sicilianos


En 1778 el parlamento siciliano financió la creación de una red de carreteras en Sicilia. Hasta entonces, los caminos eran de tierra y sinuosos. En 1830 el gobierno de los Borbones e inversiones extranjeras, principalmente británicas, sentaron las bases del sistema de carreteras modernas.
Por motivos no solo económicos, sino también militares, se trazó el primer camino que comunicaba Palermo con Catania, pasando por Enna. Eran caminos de surcos profundos, ríspidas subidas y curvas en codo, sujetos a frecuentes derrumbes y llenos de pozos. Los comerciantes sicilianos comenzaron a montar en sus carros ruedas mucho más grandes que permitían superar los obstáculos más fácilmente. Es así que la carreta siciliana comienza su historia como medio de transporte. Desde aquel momento, viajantes de paso contaban sus formas y diseños, definiéndolos como verdaderas obras de arte.

Características de la carreta siciliana
Originariamente eran de un solo color, generalmente amarillo pues era el más usado para proteger la madera.
Los carros eran un importante instrumento de trabajo para los vendedores ambulantes que, para atraer la atención de los potenciales clientes, adornaban las carretas y los caballos con cueros, clavos dorados, penachos de colores y campanas que con su sonido anunciaban la llegada del comerciante.
En este período las ruedas eran pintadas con motivos iconográficos sacros: escenas de los Evangelios, imágenes de la Virgen María y de la vida de los santos.
En un período posterior, las pinturas pertenecían a héroes épicos, Carlo Magno, las Cruzadas, Napoleón Bonaparte, Giuseppe Garibaldi; para llegar a diseños que representan características propias de Sicilia: los colores del sol, el azufre, las naranjas, el cielo y el mar, la lava del Etna y los “ficodindia”. Era una síntesis de las civilizaciones mediterráneas que pasaron por la isla: los colores árabes, los arabescos bizantinos y las costumbres griegas.
En los hogares de los inmigrantes, que el destino ha llevado lejos de su tierra, no falta nunca un modelo a escala del “carretto siciliano”.

Construcción del carro
Para su construcción se empleaban 2 o 3 meses y eran varios artesanos los que trabajaban en la carreta: el artesano que elegía la madera justa; el cortador, que además de cortar la madera, tallaba los diseños; el herrero que realizaba las partes metálicas; el decorador y el pintor.
Actualmente el número de artesanos se ha reducido notablemente, quedando solo ancianos maestros y pocos jóvenes artesanos.
Hoy los carros se pueden ver desfilar en cualquier “sagra” típica de los pueblos o en los museos que albergan antiguas piezas.

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