sábado, 7 de abril de 2012

Entre Ragusa y Módica: la geometría de los muros de piedra en seco


Muro "a secco"
Los muros en seco, que forman un intrincado retículo en los campos sudorientales de Sicilia, constituyen uno de los ejemplos más significativos de “arqueología agrícola”.
Estos muros tan especiales, construidos sin cal ni cemento, según las enseñanzas de un antiquísimo oficio, aún hoy cumplen con su función: delimitar el terreno y hacer de freno a la formación de una capa dura de tierra, la cual impide la producción del humus.

Para visitar y fotografiar los muros en seco hay que hacer base en Módica o Ragusa, y recorriendo la “campagna” se puede probar y comprar el “caciocavallo”, un queso de particular sabor dada la exclusiva alimentación de las vacas con pasturas salvajes.
La mayor parte de los terrenos delimitados con los muros en seco se cultivan para pasturas. Pero no es raro encontrar campesinos que usen antiguos arados o rastras de clavos, como enseñaron los árabes a los sicilianos hace cientos de años, capaces de moverse en terrenos accidentados.

Árbol de "carrubo"

De tanto en tanto, en esta “campagna” en la cual el blanco de los muros y la luminosidad del sol la hacen parecer calcinada, aparecen las sombras de las grandes copas de los “carrubi” (algarrobos). El “carrubo” tiene la capacidad de romper la piedra para poder nutrirse.

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